El procedimiento comienza con una evaluación facial para analizar la anatomía del paciente y definir los objetivos del tratamiento. En los casos en los que se utiliza ácido hialurónico inyectado, se aplica anestesia tópica para minimizar las molestias. Luego, el profesional procede con la infiltración utilizando técnicas específicas que permiten controlar el volumen, definir el arco de cupido, elevar comisuras, corregir asimetrías y restaurar la elasticidad en la piel. El tratamiento dura entre 20 y 40 minutos. Los resultados son inmediatos, aunque la apariencia final se estabiliza entre los días 5 y 7, cuando desaparece la inflamación residual. No requiere tiempo de inactividad, por lo que puedes retomar tus actividades habituales tras la sesión.

Como alternativa a la técnica con aguja, también existe la opción de aplicar principios activos mediante pistola de Mesoject, una tecnología de mesoterapia transdérmica sin agujas que permite introducir nutrientes, ácido hialurónico, vitaminas y antioxidantes a través de la piel de forma indolora y no invasiva.

Esta técnica es ideal para tratamientos faciales y corporales, ya que mejora la hidratación profunda, favorece la producción de colágeno y elastina, y trabaja sobre problemas como manchas, poros dilatados o irregularidades en la superficie cutánea. Contribuye a mejorar la textura y la luminosidad general, ofreciendo resultados progresivos y seguros, sin pinchazos ni recuperación.